Luis Ángel González Pérez
Catedrático Asociado
Departamento de Humanidades
Universidad de Puerto Rico, Arecibo
Para: La UPR es un Pais
El huevazo que el auto denominado “Tipo Común” le lanzó al Gobernador Luis Fortuño, fue un reflejo de la frustración, el desamparo, la impotencia y la desilusión, que miles de puertorriqueños experimentan desde la toma de posesión en enero de 2009 del actual gobernador, quien se auto proclamó también, como el único salvador (nuevo mesías) en su campaña para la gobernación. El “Tipo Común”, utilizó la única arma disponible, para un ser humano de bien: un huevazo; tal cual hizo el periodista musulmán quien le tiró el zapato a George W. Bush. Acto que demuestra la rabia contenida de un ser humano acosado por los desmadres y el desgobierno del gobernador de turno. Si es sincero el fervor religioso de Luis Fortuño, en sus oraciones nocturnas y vespertinas, debe estar agradeciéndole al creador el haber nacido en Puerto Rico, donde todavía se respeta la vida de nuestros dignatarios, a pesar de que algunos de ellos (Carlos Romero Barceló, Pedro Roselló, Marcos Rodríguez Emma, Tomás Rivera Shatz) hayan abonado el camino para esas soluciones extremas y rechazables. En otros países, incluido los Estados Unidos, asesinan presidentes (Lincoln, Kennedy) gobernadores, legisladores, cuando no se vislumbra otra salida.
En estos momentos la voz y el gesto del “Hombre Común” debe ser un reclamo directo al gobernador Luis Fortuño para que les ordene a sus subalternos, entiéndase, Ygrí Rivera y José De la Torre, a que convoquen inmediatamente al comité negociador de los estudiantes, para buscarle una salida universitaria a la crisis en la UPR. No intervenir amparándose en la supuesta autonomía de la UPR, es faltarle a la inteligencia y al respeto en nuestro país. Esa misma autonomía no fue obstáculo cuando las fuerzas oscuras de la politiquería descarada torció brazos para nombrar como presidente a la veleta más propicia al servilismo: José Ramón de la Torre. Es responsabilidad política del señor gobernador atender con la mayor premura y seriedad este conflicto. Tal vez sea el momento de solucionar, de una vez por todas, el asunto de la autonomía universitaria; convoque señor gobernador a todos los sectores universitarios para presentar las enmiendas necesarias a la ley y al reglamento general. Quizás se haga usted mismo un favor para la posteridad al colocarse en la posición de “Hombre de Estado”. Salga, aunque sea por esta vez, de la trinchera politiquera pequeña, que relega al olvido y al desprecio a los líderes políticos que no actúan conforme les exigen las circunstancias.
El país debe estar alerta y exigir la retirada inmediata de la Fuerza de Choque de la Policía de Puerto Rico, pues la historia de su presencia en la Universidad ha sido lamentable; ésta ha provocado la muerte, heridos y lágrimas a la comunidad puertorriqueña. Personalmente fui testigo de esto, cuando en la huelga de 1981 la fuerza de Choque, no sólo se ensañó contra los estudiantes, sino también, contra todos los transeúntes en las inmediaciones de Río Piedras. Mejor servicio le harían al país si fueran aprovechados en los lugares de alta incidencia criminal, que los jerarcas de la policía (FBI) ya tienen identificados. La policía de Puerto Rico y el superintendente responden directamente al gobernador de Puerto Rico, no a la rectora del Recinto de Río Piedras. Por lo tanto, la presencia de la Fuerza de Choque y de todo lo que ésta provoque, es de la entera responsabilidad de Luis Fortuño.
Los universitarios: estudiantes, profesores y no-docentes, padres y madres, hacemos un llamado a las “mujeres y hombres comunes” que se sienten indignados por la situación incierta en que se encuentra el país, para que con su presencia y apoyo a los reclamos de los estudiantes le lancemos otro huevazo a Luis Fortuño.
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